miércoles, 27 de abril de 2011

LA VIDA UN MILAGRO DE DIOS



NUESTROS HIJOS SON FELICIDAD


Nuestros hijos son “nuestros”, pero, habría que agregar, más que ser nuestros son de Dios. Nosotros pusimos las condiciones biológicas para engendrarlos. Pero en el mismo instante de su concepción, Dios infundió una semilla de vida un alma espiritual.

Nuestros hijos son un don, un regalo que Dios nos hace. Él nos ha confiado un don precioso, al cual debemos cuidar y servir con amor y responsabilidad. Un don que, en lo más profundo, entraña un misterio que nosotros, poco a poco, vamos a ir descubriendo, aunque nunca en su totalidad.
Es una actitud de profundo respeto, ya que considerar a nuestros hijos como un regalo de Dios nos lleva, en primer lugar, a profesarles un gran  respeto. Porque ellos, antes de ser nuestros hijos, son hijos de Dios.
El respeto es una actitud que permite que el otro sea quien es y que, con actitud de servicio y delicado tino, lo ayuda a llegar a ser lo que debería ser. El respeto no hiere, no daña, ni ofende. El respeto es tal vez la virtud más necesaria y, por desgracia, a menudo la más escasa.
Nuestro amor respetuoso de padres les da alas, les regala libertad; nunca los “ahoga” con muestras de amor o con excesivos cuidados.

Nuestros hijos nos dan  muchisima felicidad. Los padres antes de su nacimiento esperan con la mayor paciencia y  lo que mas desean es que vaya creciendo sanito y feliz. El niño puede sentir el cariño que le brindan y como lo amamos.
Hay cosas muy bellas para enseñarles: el mar, un amanecer, la música, una caricia, el sabor del chocolate, un beso, los arboles verdes y los rios, la lluvia, el viento en la cara, la luna, un susurro, las nubes, el tacto de la arena bajo tus pies...
La clave de todo esto es Amar. Amar a todos los que te rodean, amar lo que haces, amar a quienes te aman. Amar mucho esta vida. 
 

miércoles, 20 de abril de 2011

TIEMPO DE REFLEXION

SEMANA SANTA

Es un tiempo de reflexión, oración, de meditación, un tiempo de encontrarnos con nosotros mismos, con Dios, con el hermano. En la Semana Santa tenemos la oportunidad de combinar nuestra fe, esperanza, tradición y creencias. Es tiempo, además, para dar gracias y ayudar. Es un tiempo que nos presenta la Iglesia para la celebración de los misterios y que estos nos ayuden a crecer en esa fe que cada uno de nosotros, que los cristianos católicos profesamos, y hacer que esa fe se haga vida y práctica en nuestro quehacer cotidiano, que aprovechemos este tiempo para la reconciliación y el perdón.
Aprovechemos este tiempo para perdonarnos, porque es un elemento de nuestra fe cristiana, que está desapareciendo de nuestras vidas cotidianas: Saber perdonar a quien nos ofende, a nuestros hermanos, al que piensa distinto a mí, aunque hayan adversidades. Hay que perdonar para ser perdonado, como dice el Padre Nuestro, y esta sociedad necesita tanto del reencuentro, perdón y reconciliación; si Cristo siendo Dios supo perdonarnos cuando lo estábamos crucificando, con mayor razón nosotros debemos perdonarnos para resucitar con Cristo.
  Es un tiempo muy propicio para estar en la Iglesia, para compartir con la comunidad estos días tan hermosos, no solo por las vistosas ceremonias litúrgicas en los tiempos de Semana Santa sino para vivir y conmemorar los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor. Es tiempo de orar unidos y compartir la fe que profesamos.
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. 
Se mejor cada día como persona en cada ambito que te desarrollas y da lo mejor de ti.


 

miércoles, 6 de abril de 2011

EL ENVEJECIMIENTO ES UN PROCESO NORMAL


EL ENVEJECIMIENTO ES UN TABÚ


El envejecimiento es un momento vital del desarrollo humano, es un cambio que se da en forma paulatina que atañe al sujeto en diferentes dimensiones.  


El anciano como persona debe tener patente de que la muerte está cerca, y por ende debe  aceptar la realidad de la muerte, sin embargo  algunos ancianos la ven la muerte como el final de una vida de lucha , preocupaciones y problemas , para otros es una alternativa mejor aceptada que el posible deterioro o la enfermedad . Otros ancianos rechazan el hecho de morir y suelen rodearse de temor y angustia.
A nivel subjetivo, el sujeto que envejece se enfrenta a una serie de cambios y  transformaciones que deberá elaborar, significar, y realizar un verdadero trabajo psíquico para asumir un nuevo lugar.
Se irán tomando diferentes posiciones frente a la muerte, asimismo se implementarán defensas ante la angustia que despliega. La muerte se presenta como hecho inevitable y hecho del azar. Bien sabemos dice Maud Mannoni que el desenlace fatal nos tomará siempre desprevenidos.
Freud nos propone que el inconsciente no cree en la propia muerte , se conduce como si fuese inmortal. Freud dice aceptamos la muerte cuando se trata de algún extraño o un desconocido.
A medida que el sujeto envejece los amigos van muriendo, los lugares que formaban parte de los referentes vitales han sido transformados y van desapareciendo los elementos externos que conforman su identidad.
La idealización para Freud, es un proceso que afecta al objeto, engrandeciéndolo, exaltándolo psíquicamente sin que cambie su naturaleza. La idealización de la muerte se presenta ante todo quienes padecieron una vida de privación.
Es posible que el miedo a la muerte no solamente incluya el miedo a la aniquilación sino también el miedo a miedo a la pérdida de contacto con las propias fantasías –que son el último enlace con la vida– y a la pérdida de la posibilidad de comunicación de las fantasías a otra persona o a un objeto interno. La pérdida de las fantasías organizadas tiene el significado de estado desintegrado, la aniquilación total y la soledad sin fin.

Si los ancianos manifiestan y reivindican deseos y sentimientos semejantes a los de los jóvenes causan escándalo; para ellos, no pareciera ser el amor ni la sexualidad, que resultan para muchos irrisorios a esa edad, ya que lo que se pretende es vender una imagen idealizada de un venerable anciano, de cabellos blancos, para ocultar lo del viejo loco, dada la ambivalencia que la sociedad mantiene hacia la vejez, etapa de la vida humana a la que mira con una mirada cargada de amor y de acercamiento a la muerte. 

La vida como inicia tiene su fin...y no hay ninguna excepción. 
Se feliz hasta el último momento.